25/8/ Sebastian estaba en la puerta esperándonos antes de la hora jejeje buen aficionado, cargamos los perros y dirección Jerez de la Frontera. Una cosa que me dejo alucinando es la afición que hay por esa zona, todas las cantinas estaban llenas de cazadores de podencos, remolques grandísimos llenos de podencos.

Después de tomar café llegamos al coto, por cierto, precioso, palmito, lentisco y algunos acebuches, lastima que el terreno esta muy seco y con poco pasto, en años con agua tiene que ser impresionante.

Empezamos, David a mi izquierda y Sebastian se vino conmigo, David se escoró a la izquierda y yo me quedé en un lateral de un barranquete, los perros no paraban de echar conejos, pero yo no los podía cortar y llego un momento en el que me sentía incomodo, le dije a Sebastian, estamos mas despistados que una cabra en un garaje, no vamos bien y así no podemos cortarle los conejos a los perros, nos subimos a una loma para ver el cazadero y poder orientarnos y empezó la cacería en serio.

Disfrute como un chiquillo, David me dijo que le gustan los perros con pico, pues, el tiene perros con bastante pico y yo eche otros pocos de esos que saben hacer las cosas y van diciendo lo que están haciendo jejeje ya os podéis imaginar las ladras IMPRESIONANTES.

Los perros al no conocerse, al principio no estuvieron centrados apretando mas de la cuenta, les costo un rato, pero después de morder y cortarles algún conejo empezaron a centrarse y ha dar lo que tienen dentro.

Me metieron conejos en la escopeta con mucha maestría, yo estuve normalito con la escopeta.

Después de terminar la cacería nos tomamos en el mismo coto un buen tentempié, como a mi me gusta.

 

Al llegar a casa de David, dicen las señoras que han estado muy a gusto y que nos quedemos, jejeje yo encantado, si nos quedábamos el domingo 26 también cazaríamos en el coto de David.

Nos quedamos, y nos sacaron las señoras a cenar el sábado, buena cena y mejor compañía.