A mí me pasa lo mismo que a los perros, llega la tarde y tengo hambre jejeje

Escucho a Ignacio venir con el guante jejeje ya me esta empezando a gustar este hombre y su guante jejeje

Me arrima el guante y yo solita me subo, me pone la caperuza, me pesa, y me mete dentro de la casa.

Después de estar un buen rato dentro de la casa en mi percha portátil y escuchando la radio, noto que Ignacio me chifla y me pone el guante debajo de mis patas.

Que bien, voy a comer, me quita la caperuza y le veo la cara muy cerca, ya la verdad es que no me incomoda mucho y empiezo a darle  picotazos a la carne, tengo mucha hambre, pero noto esta comida distinta a la de todos los días, son cuellos de pollos que Ignacio le ha quitado la gran mayoría de la poca carne que tienen, y tengo que darle muchos picotazos y fuertes para poder tragar algo, entremedias Ignacio me pone un trozo de pollito, esto me gusta mas y se lo quito de su mano derecha antes de que llegara a poner el trocito en el guante.

Después seguí comiéndome el cuello de pollo hasta comérmelo entero, otros tozos de pollito y otro cuello de pollo, cuando me termine el segundo, Ignacio siguió poniéndome trozos de pollito en el guante hasta comerme casi tres pollitos.

 Que bien! me sentía tranquila, con un buen papo y muy satisfecha.

Ignacio después de un rato comenzó a toquetearme por todo mi cuerpo, acariciándome muy suave, la verdad es que mas que molestarme, me gustaba que me acariciara y al mismo tiempo se le veía a él la cara de felicidad, estaba muy contento de poder tocarme por todos lados y yo no tener ningún síntoma de sentirme incomodada.