Y siempre en todas las recovas llevo varios podencos que castigan por el rastro, esto le da alegría a la recova y profundidad.

Sin estos, este lance hubiese sido mucho menos espectacular.

 

Este tipo de lance en monte es bastante complicado de grabar, porque son lances largos y la videocámara tiene sus limitaciones, además de que la gran mayoría de veces el conejo se encierra antes de pasar por la escopeta o despista a los perros.

 

Pero cuando el conejo pasa por la escopeta y el lance es culminado con éxito es muy difícil expresar lo que el podenquero siente en ese momento, es un cúmulo de sensaciones: en primer lugar, párese que la tensión acumulada se desinfla de golpe y el cuerpo se relaja. El habla no le sale a uno del cuerpo y aparece una risa tonta, QUE ALEGRIA.

Después estos lances quedan grabados en la memoria, pero no  solo el lance, también los perros que lo protagonizaron, en este fueron: Retamero, que fue el que lo levanto de su encame, después lo siguieron por el rastro, Retamero, Eva y Tercera, siendo esta ultima la que lo traía por el rastro en los últimos 50 metros y la que se puede ver como llega al conejo justo después del disparo.