Este primer lance lo viví con bastante emoción, daban con el conejo una vez detrás de otra, parece mentira cuando escuchas estas ladras en estos podencos andaluces y ese mismo día me ponen los conejos en la escopeta como se puede ver en este adelanto y en el anterior del mismo día, eso es nobleza.

El segundo lance fue un poco mas corto, pero súper intenso, en el momento en que escuché los perros latir y me dí cuenta que a este no lo perdía, pensé saldrá al claro o se volverá para atrás, mientras uno piensa esto la adrenalina ya se te sale por todos los poros, justo lo contrario que pasa después de disparar al conejo y ver que se ha quedado como fue este caso.

Estos lances los vivo con la misma emoción que cuando tenía veinte años jejejeje