Antes de empezar a cargar perros en el remolque ya nos estaba esperando el amigo Sebastian, otro gran aficionado a los podencos.

Y ya con los perros en el remolque cojimos carretera y manta dirección tierras gaditanas que es donde está el coto de David, un coto muy bonito de lentisco, palmito y algún acebuche.

En esta cacería disfrutamos bastante de los podencos, con muy buenos lances, algunas ladras impresionantes, y buenos tiritos jejeje

Total el día fue espectacular, por los lances, por la cacería y sobre todo por la compañía.