Al poco rato de estar en el coche, empezamos ha ver como brotaba agua del suelo, se empezaron hacer chorreras que parecían ríos.

Le dije a David, como no salgamos de aquí, ya, el coche con el remolque no sale de la sierra, y en que nos vimos para salir de allí, el coche con las reductoras puestas, de un lado a otro y en algunos momentos paresia que esta flotando, guauuu

Nos fuimos al cortijo, nos cambiamos de ropa y almorzamos.

Dice David, nos vamos o echamos otro rato, parece que se esta despejando, le respondo, tu dirás, y dice él, pues ya esta, damos otro picotazo.

La tarde fue mejor y pudimos tirar algunos conejos, lo que no sabíamos era la sorpresa que teníamos con el coche.

Llegamos al coche, encerramos los perros en el remolque y ya que nos íbamos, el coche no anda, como iba andar si estaba hincado hasta la barriga.

Llama David al guarda y viene el hombre con una picar, pensé y se lo dije a David, ese se atranca ante que este, pues dicho y echo, ya estábamos los dos coches atrancados, con las ruedas tan hincadas que a los dos les daba la barriga en el suelo, imposible moverlos de ahí.

David se fue con el guarda a un cortijo cercano para venir con un tractor, yo me quede en el coche esperando y me equivoque, me iban a comer los mosquitos, yo no había visto cosa igual, que picotazos dan esos mosquitos, me dolía como si fuesen picotazos de avispas.

Llegamos a casa de David cerca de las 12 de la noche y a otro día teníamos otra cacería en un gran coto.