Otro día frío, lluvioso y con aire y yo en la percha sin saber que hacer, toda aburrida, de vez en cuando me tiro de la percha al césped y me vuelvo a subir, o me entretengo tirándole picotazos a las pihuelas y a las correas de los cascabeles. Así he pasado la mañana.
La tarde pinta mas movida, escucho un coche llegar a la casa y a unos hombres hablar, son amigos de Ignacio que venían a ver podencos, también se pararon un poco delante de mí y me estuvieron observando.
La verdad es que me puse un poco nerviosa y no les aparte la vista mientras pude.
Después de un buen rato estos hombres se marcharon, que tranquilidad, por poco rato porque después se pusieron a echarle de comer a los perros y no veas lo que ladran pidiendo la comida, menos mal que es poco rato lo que tardan en echarle la comida jejeje y mientras comen se quedan mudos.
